martes, 25 de agosto de 2015

"Sólo somos madres que dan el pecho a sus hijos mayores": reivindicativa colección de fotos de madres amamantando después del año

25 de agosto de 2015 | 14:53 CET
 @armando_bastida
Editor en Bebesymas

 En alguna ocasión os lo he explicado. Cuando mi hijo tenía dos años (de esto hace 7 años) fuimos al hospital porque mi hermana dio a luz a su hijo, mi sobrino, y Jon le pidió pecho a mi mujer. Ya sabéis: estás en un sitio desconocido con gente, una situación diferente para él, estáis quietos y tranquilos, no sabe qué hacer y pide pecho. Mi mujer se lo dio, como siempre desde que nació, sin pensar si estaba bien, mal, mejor o peor.

En esos momentos llegó la enfermera y por lo que sea él decidió que iba a ir a no sé dónde. Pero quería ir con mamá aún en el pecho. Caminaba y ella le siguió un instante, aún unidos por el enganche boca-pecho hasta que le dijo "ve donde quieras, pero suéltame hombre". La cara de la enfermera era un poema, como si acabara de ver una aparición, un fantasma: "¿Es tu hijo? ¿Y toma pecho? ¿Y camina? ¿Y tienes leche? ¿Y...?". No le cuadraba nada de lo que acababa de ver, en clara muestra de que en muchos sitios quedaba aún mucho trabajo por hacer para normalizar la lactancia en niños mayores (y hablo de una enfermera).


Ahora es más habitual, cada vez se ve más, y hasta la Asociación Española de Pediatría publicó hace poco un informe para que algo así no se repita, es decir, para llegar a los profesionales de la salud y a quien quiera leerlo, y que entiendan que no solo es normal que un niño mayorcito mame, sino que es hasta recomendable. Un paso adelante que no puede ser el único, porque los padres y las madres, los que lo viven en primera persona, tienen aún mucho por hacer. Y esto es lo que han decidido hacer una fotógrafa y un montón de madres al juntarse para crear una reivindicativa colección de fotos de madres amamantando a niños mayores, mostrarse al mundo, tratar de normalizar la lactancia en niños y de paso enviar un potente mensaje: solo somos madres que dan el pecho a sus hijos.

No estamos amamantando "todavía", solo estamos amamantando



La colección tiene como misión y objetivo explicar un poco cómo es el día a día de estas madres y por eso combina las fotografías con la experiencia de cada una de las madres. Ellas explican que no es algo que hagan para ser mejores, o como un objetivo que se hubieran marcado, ni para recibir un premio o ser reconocidas. Lo hacen simplemente porque ha surgido así, porque empezaron a dar el pecho a sus hijos al nacer y siguen haciéndolo de un modo natural. Son los mismos hijos, pero más mayores.

Para algunas es un momento especial después de un día entero de no verles, para otras es la continuación de algo que empezó al principio de todo y por eso ni siquiera se han planteado dejarlo y otras siguen porque disfrutan y nunca han sentido la necesidad de poner una fecha de caducidad a su lactancia.

La mayoría explica que a menudo tienen que lidiar con comentarios del tipo "pero ya es mayor" o "pero con la edad que tiene ya no lo necesita", pero ellas siguen defendiendo sus lactancias porque confían en ellos, en sus hijos, para que sean ellos los que decidan cuándo dejarlo, que será precisamente el momento en que ya no lo necesiten más. ¿O acaso todo lo que damos a nuestros hijos de comer se lo damos porque lo necesitan? Pero claro, la lactancia no es solo comida, es mucho más, es un bonito momento de relación entre madre e hijo. ¿Cuándo deja de necesitar un niño a su madre? Nunca. Si acaso el niño encontrará una manera diferente de relacionarse con ella, pero en realidad no es necesario forzarle a ello, si la madre disfruta amamantándole. Ese momento llegará, incluso si ella no lo quisiera.

The Honest Body Project


La colección de fotos forma parte de un proyecto aún mayor, obra de la fotógrafa Natalie McCain, llamado "The Honest Body Project", en el que hay otras galerías de mujeres embarazadas, de casos particulares relacionados con la maternidad, con el fin de mostrar, en general, un montón de diferentes realidades y vivencias de mujeres, que pueden distar mucho de las nuestras y ayudarnos a abrir un poco la mente ante la diferencia.

Es un proyecto que McCain inició hace un mes y que crece semana a semana, en lo que auguro será un gran portal web dedicado a los cambios, las vivencias y las diversas opciones de las mujeres que son madres. Sin ir más lejos, ayer mismo publicó las fotos y la historia de una mujer, madre de un niño de 1 año, que hace 10 años lo fue también de una niña que dio en adopción. Es decir, su hijo tiene una hermana que vive con su familia adoptiva, y en la página podemos leer esta historia, entre otras.
Os dejo con el resto de imágenes de la colección y recordaros que si queréis leer los testimonios los tenéis (en inglés) en la página original:








































Vía |Daily Mail 

Consultorio A B I E R T O


Manual para leer noticias sobre “contaminación de la leche materna”

InformArte: ¿Qué hacer ante el bombardeo de información sobre la "leche materna tóxica"? 
Un pequeño aporte para ayudar a aclarar la confusión.

Recientemente se han multiplicado las noticias acerca de la presencia de sustancias químicas con efecto tóxico en la leche de las madres. Estas noticias surgen de los comunicados de prensa que las instituciones de investigación publican para difundir un artículo o trabajo científico editado en alguna revista especializada o presentado en algún congreso.

Estos comunicados de prensa se construyen con extractos del artículo científico traducido a lenguaje “llano” y con citas de palabras de alguno de los autores del trabajo. Para el autor de ese comunicado de prensa, entonces, las fuentes son una fuente primaria (el trabajo publicado) y una fuente autorizada (el científico). Ese comunicado de prensa es enviado a medios de comunicación, donde periodistas científicos o no tanto “levantan” la noticia y escriben una nota. La nota tiene que capturar la atención del lector, casi siempre de internet. Es sabido que el intervalo de atención del navegante internáutico no es muy amplio, por lo que las notas tienen que ser breves, sencillas y consolidar la mayor cantidad de información en la menor cantidad de texto posible. En general, la información que consolidan suele ser simplemente un resumen de las conclusiones del trabajo (que ya estaban resumidas en el comunicado de prensa) y algo de las palabras del investigador (para agregarle color humano a la nota o para darle más verosimilitud y autoridad). Es muy poco probable que los periodistas se tomen el tiempo y el trabajo de buscar el artículo original y puedan leerlo y entenderlo. En algunos casos los trabajos son herméticos y accesibles solamente a los especialistas. Pero en muchos otros casos no son tan difíciles de leer y es fácil, por ejemplo, entender la metodología y valorarla.

¿Qué hacemos nosotros, consejeros/asesores/consultores de lactancia/madres/padres/ciudadanos preocupados, ante una nota periodística que afirma que la leche de las madres está irremediablemente contaminada o, peor aún, que es tóxica? Abrimos los ojos y la mente y habilitamos el centro de lectura crítica para formar nuestra propia opinión.

1. Busquemos el artículo original. Muchas veces viene como referencia o como enlace en la nota periodística, casi siempre aparece en el comunicado de prensa original, que puede rastrearse con palabras claves, el nombre de la institución donde se hizo el trabajo y el nombre de los autores, sobre todo del que esté citado en la nota periodística.

2. Valoremos la metodología del trabajo original. ¿Cuán grande es la muestra de madres? No es lo mismo una muestra de unas pocas madres que una muestra de miles de madres. ¿Cómo se seleccionó la muestra? ¿La selección de la muestra puede sesgar el resultado? En Argentina hace unos años se publicó un trabajo que mostraba que había agroquímicos en la leche de madres de Santa Fe, pero la muestra era de madres que almacenaban agroquímicos en su casa. Esta semana apareció una nota sobre alta exposición a PFAs a través de la leche en niños de las Islas Faroe, donde por ejemplo las familias comen carne de ballena, con alta concentración de PFAs. ¿Se identifica edad, grado de paridad, etapa de lactancia? ¿Se analizan las muestras por separado o se hace “pool de muestras”? ¿Cómo se define “lactancia exclusiva”? ¿Qué método de detección de la sustancia química se utilizó? ¿Cuán confiable es? ¿Da falsos positivos? La ausencia de información sobre estos puntos también es un ítem a valorar.

3. Valoremos los resultados. ¿Qué presenta el trabajo? ¿Se limita a mostrar presencia de la sustancia o la relaciona con un efecto en la salud de los niños expuestos? ¿La relación es causal o es simplemente una correlación? (Niños, repitan conmigo: correlación no implica causalidad). ¿Se compara con el efecto por exposición por otra vía, ya sea prenatal o por exposición directa al ambiente? ¿Qué pasa cuando se deja de amamantar? ¿Persiste la concentración de la sustancia o se reduce? ¿Se conocen los efectos de la sustancia sobre el cuerpo humano?

4. ¿Hay un riesgo genuino? Para que haya un riesgo tiene que haber una relación con la presencia de un agente peligroso (en este caso, una sustancia química) y un efecto. Si la sustancia está pero no se registra un efecto, no se puede hablar de riesgo. Las decisiones necesariamente tienen que estar basadas en una comparación de riesgos de las alternativas. En este caso, amamantar vs no amamantar. Los riesgos de no amamantar son conocidos. La leche de fórmula no está libre de sustancias potencialmente tóxicas y a veces, como hace poco en Argentina, aparecen partidas con contaminaciones bacterianas. La leche materna está diseñada específicamente para los bebés. Tiene tantos compuestos y características que se siguen descubriendo que su comportamiento como vector de sustancias químicas exógenas (que no son propias de la leche) no está ni siquiera entendido superficialmente. Se sabe que para algunos compuestos químicos, como el PCB, la lactancia reduce los efectos neurológicos causados por la exposición durante la gestación, aun cuando la leche tenga PCB. Lo mismo sucede con los efectos cognitivos de la exposición a contaminantes atmosféricos: los niños amamantados tienen menos secuelas que los niños no amamantados para la misma exposición prenatal. Entonces lo que comparamos es el riesgo de amamantar ante presencia de una sustancia exógena sin efecto registrado o con información de que para otras sustancias la lactancia ayuda a reducir el riesgo con el riesgo conocido de la alimentación con fórmula.

Estas noticias deben servir para generar conciencia acerca del estado del medio ambiente, y deben ser tomadas como tal. De ninguna manera deben ser interpretadas como valoraciones acerca de la seguridad de la leche materna de las madres del mundo. Exijamos control a los organismos que deben ejercerlo y tengamos en cuenta que todos tenemos carga corporal de sustancias exógenas, incluidas las madres y sus bebés.

Si consumimos la información con esta actitud crítica vamos a poder filtrar el sensacionalismo y sacar nuestras propias conclusiones acerca de las noticias sobre la presencia de sustancias en la leche de las madres. Y otras información relacionadas con trabajos científicos también.

V. Garea, Ing. Nuclear, PhD Eng Phys, IBCLC
Imagen debspoons FreeDigitalPhotos.net

lunes, 24 de agosto de 2015

“Amamantar es un derecho”

SOCIEDAD › 
Chessa Lutter es la asesora principal de 
alimentación y nutrición de la OPS.
Imagen: Leandro Teysseire
Chessa Lutter, experta en lactancia de la Organización Panamericana de la Salud

Vino al país para impulsar políticas públicas en favor de la lactancia. Aquí explica que el Estado se beneficia si la fomenta. Y también las empresas. Sostiene que amamantar es un derecho de las mujeres que debe ser protegido. La situación en la Argentina.

La doctora especializada en nutrición Chessa Lutter es la asesora principal de alimentación y nutrición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene su oficina principal en Washington. La especialista visitó Argentina en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que este año tuvo como tema principal “Lactancia y trabajo”. En una entrevista de Página/12 resaltó la necesidad de que la lactancia materna fuera “incluida y aceptada socialmente en tanto que estimulada en el ámbito laboral”.

– ¿En qué consiste su tarea como asesora de la OPS?

–El objetivo de mi trabajo es orientar a los países en el momento de llevar adelante políticas públicas, programas y estímulos al conocimiento científico de nutrición en lo referido a la alimentación de la madre y el niño en general. Me responsabilizo por las Américas, particularmente desde México hasta Argentina, y encuentro realidades muy diferentes a lo largo de la región acerca de este tema.

–Usted vino para impulsar políticas de fomento a la lactancia. ¿Por qué son necesarias esas políticas?

–En este caso vine a hablar sobre el costo de no proteger a la madre y al niño en el período de lactancia. Resulta muy costoso para el Estado y las empresas, dado que los niños que no son amamantados implican un mayor gasto en salud y educación: los bebés con poco tiempo de lactancia se enferman más, a la vez que su desarrollo físico e intelectual es menor. Está probado que los niños que han sido amamantados hasta los dos años tienen un mayor desempeño académico, así como mejores ingresos en la adultez y enfrentan mayor cantidad de años de escolaridad. Es esencial que los países cuenten con un buen sistema de médicos, nutricionistas, enfermeras y sociólogos que puedan generar un sistema que eduque integralmente y resalte la importancia de la lactancia materna. Las políticas públicas para estimular la lactancia son políticas para el desarrollo.

– ¿Y en el ámbito laboral?

–En cuanto al ámbito laboral es importante destacar que las empresas más jóvenes y novedosas son las que entienden que para mantener el talento femenino es necesario que exista protección para el momento en que la mujer decide ser madre y durante toda la lactancia. El empleador que comprenda esto se verá beneficiado porque el respeto a la lactancia implica lealtad de la empleada por la gratitud y satisfacción, menor ausentismo porque el bebé se enfermará menos, retención de trabajadores y mayor productividad. Este es un aprendizaje que debe darse en todas las empresas, porque muchas mujeres terminan desempleadas por el simple hecho de atravesar la maternidad y respetar los tiempos necesarios de lactancia. Esto da lugar a la existencia de compañías que lucran vendiendo una fórmula como si fuera el reemplazo de todo el acto de amamantar y que a menudo violan el Código Internacional de Sucedáneos, que fue puesto en marcha desde la asamblea mundial de la OMS en 1981 para proteger la lactancia materna de los abusos y amenazas empresariales.

– ¿Qué implica la existencia de las empresas de sucedáneos?

–Las compañías tienen como estrategia comercial promover el sucedáneo posicionándolo como sustituto de la leche materna. Esto atenta contra la salud. Si bien son parecidas en la composición, hay muchas cosas que terminan faltando, como por ejemplo los anticuerpos. La asamblea mundial se dio luego de que en Africa murieran cientos de niños tras las intensas donaciones de fórmulas que derivaron en la ausencia de niños amamantados. Las fórmulas sólo deben utilizarse en las pocas situaciones en que la madre no puede completar el acto de amamantar por estar enferma o en tratamiento.

– ¿Por qué habla de amamantar como derecho?

–La lactancia es ante todo un derecho de la mujer. Uno tan básico como el de alimentar a su niño. La sociedad colectivamente debe tomar la responsabilidad de cuidar este derecho. La OIT recomienda 14 a 18 semanas de licencia con goce de sueldo y la presencia de lugares en el trabajo donde se pueda extraer la leche materna en un lugar privado e higiénico o incluso amamantar, con tiempos de 15 a 20 minutos. Cuando hablo de protección a la lactancia, también me refiero a que la sociedad permita que la mujer amamante donde se quiera y necesite. La mujer tiene derecho a una sociedad que la proteja y a la información.

– ¿Cómo encuentra a la Argentina en este tema?

–Al parecer en Argentina aún no se conocen bien las recomendaciones de la OMS, que son seis meses de leche materna exclusiva, sin agua ni infusiones; sostenimiento de la lactancia hasta los dos años o más, pero alternándola con alimentos y alimentar al niño cuando y donde lo demande. Por otro lado, en el sector salud, Argentina está muy avanzada y las prácticas hospitalarias influyen mucho en el beneficio de la madre y el niño. Todavía hay mucho por hacer, las licencias aquí son de tres meses con goce de sueldo y seis sin sueldo, pero con protección al trabajo, algo que no siempre puede aplicarse. Hay una buena tendencia, pero falta un organismo que monitoree esto como en Perú donde hay un Ministerio de la Mujer.

– ¿Y en el resto de América latina?

–En República Dominicana y México la situación es grave: menos del 15 por ciento de los menores de seis meses son amamantados y el número tiende a descender. En la región el país con mayor porcentaje de menores de seis meses lactantes es Perú, con un 60 por ciento. Brasil es un caso ejemplar en políticas públicas porque tiene un código tres veces actualizado frente a la industria de los sucedáneos que siempre encuentra fisuras. Además, allí la licencia por maternidad es de cuatro meses, pero si una empresa da más tiempo la benefician impositivamente para estimular a la lactancia. Eso son políticas públicas que hay que multiplicar.

Entrevista: María Fernanda Rezzano.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Un parto hospitalario normal


No es tan fácil encontrar imágenes o vídeos sobre partos hospitalarios respetados, pero hemos buscado y nos gustaría mostraros cómo puede ser un parto normal hospitalario.Un parto que respeta tanto a la madre como al bebé y a la persona que acompaña, en un ambiente tranquilo, evitando intervenciones innecesarias.Se trata del nacimiento de Xoan, bebé de Lucía, en el hospital público de O Salnés (Galicia) en julio 2011:

martes, 18 de agosto de 2015

1000 días de Amor

Los primeros 1000 días


¿Sabías que los primeros 1000 días de vida son fundamentales para la salud futura de una persona? Es el período que va desde el embarazo hasta los dos años y el momento en que se conforman los órganos y tejidos que luego la acompañaran durante toda su vida. Las consecuencias de lo que ocurre en ese período son determinantes y muy difíciles de modificar. Es considerado como una ventana de oportunidad ya que solo en esa etapa el potencial genético obtenido de los padres se puede influenciar para bien o para mal por los factores externos. Si querés saber más ingresá en www.1000dias.com.ar y conocé más.


viernes, 7 de agosto de 2015

Mi hija, mis dos teta y yo

Viernes, 7 de agosto de 2015

 

Típico de madre soltera es insistir de forma enfermiza en enseñarle a decir primero “mamá” que “papá”. Y no, las cosas no siempre salen como se  planea.

 Una noche, al llegar del trabajo a buscar en casa de mi hermana a mi bebé, ya de nueve meses, se me lanzó en los brazos rebosante de alegría al verme. Me disponía a meterme en el cuarto para darle de mamar y reconectarnos en ese momento hermoso, pero me distraje hablando con mi hermana y su familia. Varias veces saqué la mano de mi hija, intrusa e impertinente, de mi blusa, y ella me miraba expectante, ustedes saben, con esos ojitos que ponen cuando están a punto de llenarse la boca de pezón. Así pasaron varios minutos hasta que, en un ataque de desesperación, colgada de las solapas de mi uniforme, me gritó con toda su fuerza: “TEEETAAA”. ESA fue su primera palabra y no la repitió, ni dijo otra, hasta unos meses después.

Ya son cuatro años amamantando. Hemos pasado por muchas etapas y hemos vivido momentos maravillosos, momentos desesperantes en los que yo he querido tirar la toalla y momentos escandalosamente hilarantes que les relataré en los próximos párrafos.

Al principio fui duramente criticada por no querer dar un tetero. Tanto fue así que me dediqué a investigar hasta alcanzar el nivel “obsesión”. A las tres semanas de nacida, dejé de dar teta y a las seis semanas relacté como lo hacen las madres adoptivas. Fui defensora de lactancia, luego dejé de defenderla (porque en realidad dejé de percibir las críticas como un ataque) y, finalmente, pasé a ser promotora de lactancia, dando apoyo a quienes desean más información.

A los cuatro meses fui diagnosticada de una depresión severa, por lo que se me recomendó destetar para que tomara antidepresivos. Nunca volví al consultorio porque me había costado muchísimo recuperar la lactancia, como para perderla por antidepresivos. Y luego aprendí del psiquiatra mexicano Esteban Braham, que la lactancia es el mejor antidepresivo que existe, así que tomé una excelente decisión, pero por pura rebeldía.

Un día me imaginé como la última mohicana que lactaba, luego descubrí que era una más de un montón que hacía lo mismo que yo.

Al principio me daba pena mostrar la teta, tanto que tapaba la teta y a la niña con un pañal de tela que iba desde el hombro hasta la barriga, haciendo que la pobre transpirara a mares allí escondida. Luego empezó la lucha  de mi hija por quitarse el trapo de encima por lo que, más de una vez, quedó todo al descubierto y yo roja de vergüenza. Un día tuve piedad de la pobre que parecía que salía de un sauna cuando terminaba de mamar y empecé a taparme solo el seno, dejando libre apenas el pezón que pudorosamente mi hija cubría con su boquita.

A los dos años ya había perdido toda vergüenza y sacaba la teta libremente en cualquier lugar cada vez que mi hija lo requiriera, al punto de llegar a quedarme dormida sobre un sofá en una librería en la que trabajaba. Cuando ella terminó de mamar, se bajó de mi regazo y se fue a jugar con los libros, por lo que fui fotografiada dormida, con la boca abierta y una gran teta talla 38B a la vista del público. “Estuviste como cuarenta y cinco minutos durmiendo”, fue lo que contaron mis vecinos de tienda, quienes no tuvieron el valor de despertarme, pero sí de mostrarle a medio mundo la foto del cuerpo inerte sobre el sofá con la teta al aire.

La subversión de las tetas

LAS12
Viernes, 6 de febrero de 2015
MATERNIDADES


En enero, el Estado se comprometió a promocionar la lactancia materna como alimentación exclusiva hasta los seis meses de vida y en combinación con otros alimentos hasta después de los dos años. La ley es coherente con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, pero se topa con las dificultades para dar la teta de las trabajadoras precarizadas, las cortas licencias por maternidad y el prácticamente nulo reconocimiento de la lactancia y el cuidado como un valor –incluso económico– a proteger. Y se enfrenta también con los prejuicios y el menosprecio –sobre todo de profesionales– al poder del cuerpo de las mujeres, un terreno siempre en disputa.

 Por Marina Yuszczuk
Parece una película de ciencia ficción: en un futuro no muy lejano las mujeres han olvidado cómo alimentar a sus crías de la forma ancestral, la más básica posible. La que mantiene el lazo, no sólo con la tradición de los antepasados, sino con otras especies animales. Una humanidad cada vez más (que también se olvidó de parir, porque los científicos extraen a las crías del vientre en la asepsia de quirófanos) reemplaza la sospechosa leche de las madres por un alimento superior, desarrollado en laboratorios y comercializado por corporaciones que actúan en connivencia con el sector médico. Las pocas mujeres que irracionalmente eligen algo tan precario como amamantar deben hacerlo en secreto, y a medida que los hijos van sumando meses los ceños fruncidos no paran de aumentar a su alrededor: muchos las consideran locas.

Aunque podría ser el argumento de una de esas historias donde todos llevan trajes plateados y los autos se deslizan a toda velocidad por encima de las casas, esta exageración no está muy lejos de la realidad presente. Según datos del Ministerio de Salud del 2011, en Argentina el 60 por ciento de los bebés se alimenta exclusivamente del pecho hasta los dos meses, y para los seis meses ese valor desciende hasta el 30. En total, sólo el 54 por ciento de los bebés entre 0 y 6 meses toman teta de forma exclusiva. Para la otra mitad está la variedad de fórmulas que ofrece el mercado, sustitutos que engordan y ofrecen nutrientes, pero que ningún médico ni profesional se atrevería a jurar que tienen los mismos beneficios para la salud a largo plazo de los niños que la leche materna.

jueves, 6 de agosto de 2015

Amamantar, hasta cuándo?


Tu mamá, tu suegra, el vecino, el taxista, la pediatra, el paseador de perros, la maestra del jardín, tu tía, todos saben cuándo tenés que destetar a tu bebé. Casi siempre ese momento ya pasó. Todo el mundo parece preocupado pensando si tu hijo va a llegar a la universidad tomando el pecho…

La edad del destete es una construcción cultural. Ya no quedan sociedades sin influencia de necesidades externas en las que se permita que los niños se desteten solos, como para que podamos decir “la edad natural de destete es X años”. La antropología ha tenido durante años un sesgo masculino y el estudio de la paleonutrición no se enfocó en la alimentación de bebés y niños. Hay sin embargo algunas evidencias que parecen indicar que la edad de destete en pueblos pre-históricos se encontraba entre los 2 y los 6 años. Los registros de la historia antigua ofrecen una ventana a las costumbres relacionadas con la crianza. En un papiro egipcio se lee “Cuando llegó el tiempo de que nacieras ella te siguió cargando sobre su cuello y por tres años te amamantó”. Asimismo, la edad de destete de los niños en los tiempos del Templo de Jerusalén era 3 años, edad que marcaba el ingreso de los niños al Templo.1

Huelgas de lactancia

Written by Pilar Martinez  //  16/05/2013  //  Lactancia 

A veces los bebés o niños pequeños pasan por épocas en las que rechazan el pecho o no muestran ningún interés por el mismo dando la sensación de que ya no va a querer tomar nunca más.

Algunos incluso se ponen a llorar cuando se les ofrece el pecho lo que provoca mucha preocupación a la mamá porque piensa que está enfermo, que su leche le hace daño o que quiere destetarse.

Cuando este rechazo es temporal se habla de huelgas de lactancia, si se prolonga tanto que se produce el destete, entonces se trata de un destete natural dirigido por el niño. A veces, si la mamá estaba planteándose un destete, aprovecha una huelga de lactancia para destetar al niño.


¿Por qué se producen?

Las huelgas de lactancia pueden ocurrir por por varios motivos:

- catarro o mucha mucosidad, que impide al bebé mamar bien porque no puede respirar mientras toma pecho

- otitis, que duele al mamar

- salida de los dientes

- estrés de la mamá

- cambios importantes (una mudanza, un hermano…)

- cambios en el sabor de la leche por algún alimento que haya comido la mamá o por un nuevo embarazo

- demasiados estímulos para el bebé mientras mama (sobre todo durante las crisis de lactancia)

Otras veces nunca se conoce el motivo de la huelga de lactancia y de un día para otro se resuelve sola sin que hagamos nada.

¿Qué podemos hacer?

Lo más importante es mantener la calma para intentar descubrir la causa de la huelga de lactancia y una vez resuelto lo más habitual es recuperar la lactancia si se sigue ofreciendo el pecho al bebé con normalidad.

También se puede probar un cambio de postura al amamantar porque algunos bebés no están cómodos con la postura clásica y prefieren mamar tumbados o sentados en la postura de caballito.

Otra cosa que suele funcionar es intentar dar el pecho estando tranquila, en un ambiente relajado, sin ruidos, con luz tenue, sin distracciones ni interrupciones. Así le dedicamos toda nuestra atención al bebé y él disfruta de tomar pecho tranquilamente.

Contadme ¿Vuestros hijos han pasado por huelgas de lactancia? ¿Cómo las habéis resuelto?
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