miércoles, 26 de febrero de 2014

La Espera...


22 de septiembre de 2011 a la(s) 10:55

Me enteré que estaba embarazada por un Test rápido. Supe que quedaban por lo menos unos ocho meses y medio o nueve por delante para conocer a mi bebé en persona. Saqué un turno con un obstetra. Faltaban una semana todavía para ese turno.

 Llegué al consultorio y había cinco embarazadas más esperando su turno antes que yo. Leí una revista, mande un mensaje de texto, hice anotaciones en mi agenda de cosas que iba recordando.
Llegó mi turno. Entré al consultorio y me senté frente a mi nuevo médico. Me contestó mil preguntas y me dio las órdenes para hacerme varios estudios. Antes de retirarme pedí otro turno para volver a verlo con los resultados y empezarla secuencia del control prenatal…


Pude esperar en cada situación porque conocía perfectamente la secuencia.


Los bebés no conocen las secuencias de la vida fuera del útero, sólo conocen la vida paradisíaca de la gestación. Duermen cuando tienen ganas, incluso justo en el momento de hacernos una ecografía, entonces nos mandan a comer un alfajor y una coca para que se mueva. No sienten hambre ya que el cordón se encarga de mantenerlos estables en sus necesidades. El único registro corporal de temperatura que tienen es constante por lo que no conocer el frío ni el calor.
El contacto es pleno, en todo su cuerpo y jamás nos platearíamos que nueve meses es demasiado tiempo para estar a upa…

Al nacer, expresan a través del llanto la necesidad de atención de todas sus “urgencias”.


El entrenamiento de La Espera dura años y no puede ser pautado ni contabilizado sino más bien interpretado.

Los bebés no pueden anticiparse a lo que va a venir, ni pueden saber cuánto tiempo podrá llevar volver a su estado de tranquilidad. Por eso lloran y nos piden a su manera que atendamos sus necesidades.

Revisemos una situación bien cotidiana como el cambio del pañal. Cuando la Madre detecta
que es momento de cambiarlo, inmediatamente se acerca al cambiador, recuesta al bebé y muchas veces ahí empieza la primera muestra de disconformidad. Extiende sus brazos con las manos bien abiertas, como buscando de donde sostenerse, su cuerpo se balancea de un costado a otro en la superficie compacta y sin límites definidos provocándole miedo e inseguridad….La Madre ordena el pañal nuevo, los algodones con óleo, el alcohol para limpiar el cordón y comienza a desabrocharlos mil botoncitos de su ropa. Luego desabrocha los abrojitos del pañal mientras el bebé entra en pánico. No sólo desconoce el sonido de los abrojitos sino que también siente una desprotección enorme al tener el pañal abierto y cambiar la temperatura de sus genitales abruptamente. La Madre repite –“ Ya va ,ya va….” – Si el frío de la falta de pañal y el contacto con el óleo o las toallitas húmedas se juntó con las ganas de hacer pis, es probable que el cambiador por ser impermeable termine inundado y por consecuencia la ropa del bebé también…Cambiamos la ropa, secamos el cambiador, ponemos el pañal limpio debajo y nos proponemos limpiar el cordón que tanta impresión genera sobre todo si es nuestro primer bebé.

Una vez terminado el proceso, la madre usualmente toma al bebé en sus brazos y con la mano libre ordena lo que fue quedando fuera de lugar. El bebé se calma, la madre también. Si el llanto fue profundo, queda un sollozo…

En realidad lo que sucedió es que el bebé no conoce esa secuencia. No sabe cuando termina, pero sabe que no le gusta lo que está pasando. La ansiedad en un bebé forma parte del aprendizaje forzado de “La Espera”

Con el hambre pasa lo mismo….encontramos muchas personas que dicen que el bebé debe esperar dos o tres horas para la siguiente toma. Mientras la Madre hamaca al bebé, le canta, lo pasea, le pone un chupete, el bebé está haciendo un curso acelerado de “Espera”. Su panza hace ruidos y rápidamente interpretamos que tiene gases. ¡La panza hace ruido cuando tenemos hambre! Llega la hora indicada (indicada por algún esquema racional totalmente alejado de la “Libre Demanda” y  de la necesidad de cada bebé en particular) y la Madre lo pone al pecho. A veces llegan desesperados y otras se duermen porque encuentran la paz que estaban buscando pero no les queda energía para mamar. Inmediatamente vienen interpretaciones como “Te usa de chupete” y demás.

En todos los casos estuvimos desatendiendo la necesidad real del bebé. Cada bebé nace de una mamá diferente, de una manera singular, con un peso determinado, una edad gestacional que determina su capacidad evolutiva…por todo esto no podemos estandarizar ni pretender pautas rígidas de tiempos, horarios y reglas con un bebé.

No se malcría atendiendo necesidades, malcriar es otra cosa, es Criar Mal. Criar por definición es conducir, alimentar y acompañar en el crecimiento a nuestros hijos. Entonces por deducción Malcriar sería mal acompañar, mal alimentar y mal conducir a nuestros hijos. Yo no creo que haya alguna familia que pueda proponerse esto.

Entonces se nos presenta inmediatamente en los pensamientos la idea de que nunca debe llorar un bebé. Bueno, esto no es entender el cuidado de un hijo sólo a través de la satisfacción de sus llantos. El llanto es una expresión más de sus necesidades, pero hay bebés que en vez de llorar se abstraen de sus entornos, o duermen largas horas o simplemente van perdiendo la posibilidad de comunicarse.

La Espera es algo que irán aprendiendo de a poco, muy de a poco.

A un niño de dos años puedo decirle que espere mientras estoy cocinando para sentarnos a comer y tiene la capacidad de comprender mi lenguaje, puede observar que estoy cocinando y sabe con toda la información que fue almacenando que falta muy poco. Hubo todo un aprendizaje a lo largo de su corta vida que le dio herramientas suficientes para contener su necesidad de comer por un ratito más con la tranquilidad de ver el escenario en el que todo está preparándose para
tal fin.

Somos parte de una sociedad con niveles de ansiedad importantes. De hecho tenemos shops especialmente diseñados para las ansiedades como los kioscos. Todo o casi todo lo que se vende en un kiosco es absolutamente prescindible y está relacionado con las ansiedades. La Ansiedad viene ligada a La Espera.


Nuestra tarea de Criar está relacionada con darle a nuestros hijos una transición adecuada y progresiva de lo que fue su vida desde la fecundación hasta el último de nuestros días

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