lunes, 28 de enero de 2013

Atención centrada en la familia


Salud Martes 18 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa
La probabilidad de sobrevida de los bebes prematuros aumentó al priorizar el vínculo del recién nacido con su círculo íntimo
Por Soledad Avaca
Para LA NACION

En medio de la crisis por falta de neonatólogo, las maternidades centradas en la familia cambiaron el paradigma en la asistencia de bebes nacidos antes de tiempo. Hoy, los padres son los principales actores en la evolución de sus hijos; educarlos es la nueva misión del área neonatal.
Los padres se transforman en los principales protagonistas;
 también hay espacios para abuelos y hermanos
 Foto: Soledad Avaca
Bebes frágiles conectados a frías máquinas y, junto a ellos, mamás encogidas por la angustia. Entre los murmullos, las alarmas de los monitores aturden. Cruzar las puertas de una unidad de cuidados intensivos neonatales es ingresar a un mundo de emociones intensas y ambivalentes.

En la Argentina, el parto prematuro resulta bastante frecuente: de los 700 mil bebes que nacen por año, alrededor del 10 por ciento se anticipar. Según la Organización Mundial de la Salud, los recién nacidos vivos antes de las 37 semanas de gestación son considerados bebes pretérmino.
Para tranquilidad de padres y especialistas, la probabilidad de sobrevida de bebes prematuros aumentó de manera considerable; mucho se debe a la implementación de los servicios de neonatología centrados en la familia, que logró cambiar el paradigma en su asistencia.

Sin embargo, la preocupación por la falta de recursos humanos especializados en neonatología crece a nivel mundial.
Foto: Gentileza familia Guardamaña















POCOS HACEN  MUCHO  
En la medida en que la expectativa de vida de bebes cada vez más pequeños aumenta, también lo hace la necesidad de contar con médicos y enfermeras especializados para afrontar las demandas de la neonatología actual.

La problemática alcanzó tanto a hospitales públicos, como a clínicas privadas de todo el país, y parece tener su raíz en cuestiones relacionadas al ejercicio de la profesión.

La neonatología es una especialidad sumamente exigente y estresante, que requiere años de preparación y una constante actualización, como consecuencia de los avances que se producen en la asistencia de bebes nacidos antes de tiempo. Una profesión, además, en la que la exigencia de actuar rápida y eficazmente es primordial.

"La crisis se da no sólo en la Argentina, sino en una gran cantidad de países desarrollados y en vías de desarrollo. En los últimos años, muchos puestos de residencia en neonatología han quedado vacantes", compartió la Dra. Ana Pedraza, coordinadora general del servicio de neonatología de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.

Según sus palabras, las nuevas generaciones de médicos no eligen esta especialización, sino otras con menos exigencias emocionales y con remuneraciones menos acotadas. "Se calcula –agregó la especialista- que alrededor del 50 por ciento de los neonatólogos tienen 50 años de edad".

El gran desafío es fomentar la elección de la especialidad y buscar incentivos para minimizar el estrés inherente a la profesión; sin embargo, parecen posibilidades de cambio que no pueden pensarse a corto plazo. La meta está lejos de cumplirse.

También se generan espacios para hermanos y abuelos. 
Foto:Soledad Avac




















MAMÁ, EL MEJOR TRATAMIENTO

Simultáneamente a la búsqueda de soluciones, médicos y enfermeras del área neonatal trabajan de manera incansable para avanzar en el desarrollo de la neonatología, una especialidad que implica no sólo un alto nivel de eficiencia profesional, sino también un gran compromiso personal que afecta las propias emociones. Una labor admirable en nuestro país.

En los últimos tiempos, la implementación de las maternidades centradas en la familia transformó positivamente el rol del equipo de salud y de los padres de bebes internados en unidades de cuidados intensivos neonatales.

De una atención basada exclusivamente en la tecnología y la medicación, se pasó a un cuidado más humanizado, en el que los recién nacidos y sus papás son los verdaderos protagonistas.

"Hoy se trata de sumar a los progresos de la medicina científica y tecnológica, los redescubrimientos de intervenciones y acciones solidarias, de contención afectiva y de comprensión de las necesidades de cada individuo. Las madres estaban perdiendo protagonismo y aceptando las reglas de las instituciones, pero en nuestro país y en el mundo, comenzaron a desarrollarse diversos movimientos para volver a transformar el nacimiento en un hecho natural con la participación de la familia", comentó el Dr. Miguel Larguía, presidente de la Fundación Neonatológica para el Recién Nacido y su Familia, y jefe de la división de neonatología del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá.

Con un enfoque más humanístico, la atención se extiende hacia el entorno familiar y los padres se convierten en los actores principales en el cuidado de sus hijos. Así, el equipo de salud brinda cuidado, educación y estimulación para que puedan ir apropiándose del cuidado integral de sus bebes, respetando los tiempos de desarrollo y las capacidades de cada niño.

"Los primeros días son los peores. Después, uno empieza a habituarse al lugar y a las caras de médicos y enfermeras, que terminan siendo personas en las que uno se apoya mucho", comentó Dana Stins.

Después de 103 días de internación, su beba Meital salió adelante. Sin duda, el estímulo de sus padres motivó la evolución. "Nuestra hija nació con 759 gramos, en la semana 31 de gestación, y con una cardiopatía que le significó dos operaciones. Por más contención que uno tenga, pasar por la neo es muy difícil. Lo peor, es irse de la clínica sin tu bebe en brazos", agregó Stins.

Las mamás coinciden en que despedirse de su hijo cada noche es uno de los momentos más complicados y angustiantes. Dentro de este panorama, la Maternidad Sardá ofrece una residencia para madres, que prolonga la estadía y afianza el contacto con los hijos. Muchas de estas mamás son adolescentes o pertenecen a familias desestructuradas, con situaciones socioeconómicas desfavorables, que agravan su condición.

Los resultados de las maternidades centradas en la familia resultan sorprendentes, aquí y en el mundo. Está comprobado que, aún cuando los recién nacidos se encuentran en unidades de alta complejidad, el vínculo precoz con sus padres aumenta las posibilidades de supervivencia.

Foto: Gentileza familia Guardamaña
















VÍNCULOS Y CONTENCIÓN

Naturalmente, la llegada de un hijo prematuro desconcierta y atemoriza. La tristeza, el miedo, la confusión y la aparición de nuevas ilusiones empañan la maternidad.

"Me sentía insegura. No sabía cómo relacionarme con ese bebe tan pequeño que nada se parecía al de las publicidades. Mis sentimientos de culpa eran infinitos. Sentía que no me había cuidado lo suficiente. Tenía miedo de que algo le pasara, que se muriera. Estaba abrumada. Me llevó varios días sentirme cómoda en la neo", recordó Andrea Dolce, mamá de Sofía, que nació con 1625 gramos, en la semana 33 de gestación.

"No hay que perder de vista la vulnerabilidad emocional con la que llega una madre a una unidad neonatal. Cada vez que ingresa un bebe prematuro a la neo, también ingresa una mamá prematura, que deberá vincularse con un bebe muy pequeñito y diferente al imaginado, adentro de una incubadora y rodeado de tubos, alarmas y monitores", explicó Gabriela Muniagurria, especialista en psicología perinatal, coordinadora de Asistencia Psicológica del servicio de neonatología del Sanatorio de la Trinidad Mitre.

En medio del desconcierto, la contención se vuelve fundamental. El psicólogo abre en las neonatologías un espacio para que las emociones se expresen, como así también las relaciones que se crean entre padres de bebes internados.

Muniagurria dijo al respecto: "Encontrarse con otras personas que están transitando situaciones y experimentando vivencias similares alivia la sensación de incomprensión que suelen sentir los padres de un bebe prematuro. Entre ellos, pueden compartir sus miedos y alegrías por lo pequeños-grandes pasos que dan sus bebes. Pueden apoyarse mutuamente y validar la legalidad de sus emociones".

Con el paso del tiempo, Dolce entendió que estar informado durante la internación ayuda a disminuir la angustia y a minimizar el impacto de dejar a un bebe recién nacido en una unidad de cuidados intensivos. Así, junto a otros padres, médicos y enfermeros del servicio de neonatología del Hospital Privado de Fundación Hospitalaria, creó la Asociación Argentina de Padres de Niños Prematuros (APAPREM), de la que hoy es presidente.

La entidad trabaja con la problemática que genera la prematurez del nacimiento y crea un espacio significativo de contención y asesoramiento para padres y familiares de niños prematuros. Asimismo, en los últimos tiempos, promovió un proyecto de ley en el Congreso de La Nación para que se amplíe la licencia por maternidad, en el caso de nacimiento prematuro.

La Maternidad Sardá ofrece una residencia para madres. 
Foto: Soledad Avaca


















PREPARAR A LOS PADRES

En la actualidad, la función de la enfermera se transformó; no sólo asisten a los bebes internados y los cuidan como propios, sino que también educan a las familias y las preparan para el día después de la internación.

En 2007, un grupo de enfermeros advirtió que los padres dejaban las unidades neonatales con un sinfín de dudas que, a corto o largo plazo, se transformaban en un problema: la reinternación de sus hijos.

Así nació el programa Enfermeros por la Prevención que, como parte de las maternidades centradas en la familia, pretende educar con medidas preventivas sobre el cuidado de los bebes enfermos o nacidos antes de tiempo.

La educación se lleva a cabo con metodología de taller, que se realiza durante la internación y se refuerza con el seguimiento en el consultorio. Se entrena a las familias para el cuidado del bebe luego del alta.

"Las enfermeras tomamos conciencia de que los padres se llevaban a sus hijos con muchas dudas y que se carecía de un espacio en donde se les explicara la importancia de anticiparse a la infección", compartió Susana Espíndola, jefa de enfermería de la división de neonatología del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá y coordinadora del grupo de Capital Federal de Enfermeros por la Prevención.

Hoy, el grupo cuenta con más de 500 enfermeras capacitadas, integrantes de 46 hospitales de todo el país, y trabaja en forma planificada y sostenida bajo la coordinación y capacitación de la licenciada en enfermería Patricia Buffoni, gestora del proyecto.

El programa es individualizado de acuerdo a la población asistida. En la Maternidad Sardá se ajusta a las diferentes culturas, razas y al alto porcentaje de madres adolescentes, lo que llevó a que los talleres también fueran dirigidos hacia los abuelos. Allí, el objeto de la red fue cumplido: en el último tiempo, el número de reingresos disminuyó sustancialmente.

Sin duda, resulta fundamental que los equipos de salud estén atentos y descubran dónde están los focos de preocupación de cada familia en el momento de la internación, para así detectar en qué aspectos los padres necesitan refuerzo informativo y formativo. Nadie está preparado para vivir la internación de un hijo dos veces. .

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